Julián Rodríguez

La cobarde y tibia niñería del Facebook

Opiniones sobre temas relacionados con la cultura, el pensamiento, la actividad productiva de cualquier tipo, el conocimiento y la influencia del poder político afectándolo e intentando determinarlo que se expresan en dos renglones. La apoteosis de la niñería, el caprichito y la falsa valentía que se ampara en un teclado.

SE ESCRIBE COMO SE PIENSA

Es posible creer que desde una plataforma como la que da una red social se podría abordar el tema de las discusiones relacionadas con la cultura. Estaríamos pensando que en dos oraciones estamos definiendo nuestro modo de pensar e inclusive podríamos creer que porque estamos escribiendo sobre tal tema, en verdad lo estamos desarrollando.

No creo que eso sea así, por mas propaganda de falsa libertad occidental que me vendan. Me niego a aceptar que vomitar teclazos con dibujitos y actitudes corporativas de adolescente puedan ser acciones que tengan demasiado que ver con lo que verdaderamente pensamos. Salvo que en verdad alguien se piense así y que se ilusione candidamente creyendo que eso es la libertad. Que expresar lo que me surge y sin ninguna forma, ni contenido pulido sería una manifestación mas de la libertad que nos brindaría el simple hacho de haber nacido en este tiempo y lugar del mundo; toda esa perorata de persona que sabe de la vida lo que ve en la televisión mientras come hidratos de carbono y proteínas. Discurso también adoptado por quienes repiten lo que la mayoría de su entorno dice, para poder seguir siendo aceptado por el conjunto. Aunque parezca extraño hay muchísimos adultos que siguen teniendo esa conducta.

SE ESCUCHA COMO SE LEE

No puedo concebir que una idea pueda explicarse en tres renglones y que una línea de pensamiento pueda ser avanzada, contestada, corroborada o confrontada con un simple ME GUSTA tan vago como un me perece, lo leí, estoy de acuerdo. Mi pensamiento no quiere ser medido en caracteres, pensar en la libertad acotados es creer en una contradicción como guía indiscutible; casi una cuestión de fe. La simplificación en las respuestas y en los aportes suelen pararse en la hipótesis de escribir rápido y breve porque así se conseguiría  obtener mas lectores; una opción sumamente acertada y atinada para tal fin y que consigue la respuesta pronta. Adios a la mejor respuesta, los respondedores automáticos sólo buscan medir mas o menos que otros persiguen la suma de votos y no la búsqueda de lo que cimienta lo que se piensa, se hace y se siente. No se lee, no se escucha; se publica, se grita, se olvida. No importa.

En pocos renglones y a la velocidad que esos enunciados bajan, las opiniones desaparecen en un océano de bits huérfanos de autor. Curiosamente nos encontramos con la contradicción de ver que a mayor flujo de opiniones, menor posibilidad de seguir el contenido de lo discutido. Son solamente caricias al ego de quien genera el punto. Tampoco se lee, ni se escucha al otro. El tiempo de profundizar muere en las redes sociales. La opinión también es hundida en el naufragio del paso del tiempo y del movimiento vertiginoso de la columna, que sólo queda en el recuerdo de quien la escribe. Tal vez con suerte, esa gloria momentánea le da al autor y a un puñado de seguidores la fuerza como para poder hablar hasta el hartazgo cuando le llega alguien a su casa. Luego el silencio, el velorio de la idea. Sólo importa la red y su preponderancia sobre toda otra forma de discusión. Una vez mas, el medio es el mensaje.

HACIA UN ESPACIO LECTOR

La discusión de los temas que hacen a la actualidad cultural parecen haber tomado el lugar que perdieron hace tiempo. Tal vez los aires de participación política que refrescan la región han llegado a destapar la superficie reseca del pensamiento único. Las ideas que sostenían que ya nada podía cambiar y que el mercado todo lo dirigiría y que sólo bajo sus designios la vida sería posible parecen ser víctima de la sudestada.

A tal punto ha llegado ese viento que hasta Mar del Plata se ve afectada; la quietud parsimoniosa de la que inclusive se hizo un culto y una suerte de virtud comienza a removerse con los cambios que por fin arriban a esta zona. La aparición de distintos grupos en redes sociales discuten continuamente, se convocan, actúan, expresan, se conocen y testimonian la necesidad de cambios en los que todos quieren ser protagonistas o motores. La organización parece florecer en formas diversas y desde distintas agrupaciones. Por fin la cultura ha entrado al plano de la discusión política, porque es su espacio, lo es, siempre lo fue. Pocas cosas tan políticas como la cultura, por ser absolutamente pública, por ser producto del pueblo al que remite, del que refiere y por el que existe.

La discusión requiere análisis y exige participación desde una plataforma mas efectiva que la de la red, donde la idea pueda desarrollarse, dejarse ver madurando la forma y el contenido. Donde el pensamiento sea visible, comprobable y analizable. Tal vez esto resulte temible para muchos pero no para quienes saben que quieren, como lo piensan y el modo en el que lo presentan.

El blog del CMC (Consejo Municipal de Cultura) es http://consejodeculturagp.blogspot.com sirve para intercambiar noticias y opiniones sobre lo que nos interesa.  Existe hace  mucho y no se está usando porque el la historia del CMC marcaba que la participación solamente podía ser distante. Eso hoy cambió y se pretende que haya sobre las publicaciones y los comentarios de los temas que hacen al interés común.

En el Blog del CMC pretendemos formar la agenda de difusión y divulgación acerca de lo que se hace, se se piensa y se dice. Pretendemos registrar a los participantes y darles la posibilidad de publicar lo que se les ocurra sin censura ni correcciones en tanto no se discrimine, insulte, ni se utilice la intolerancia como modo de vida y gestor de un modo de expresarse y ser.

Para esto solamente hace falta proponerse como colaborador y una vez aprobado por el administrador se podrá tener acceso, subir y modificar las entradas o notas que gusten. El trámite es muy simple y aspira a llegar a una comunicación mas fluida y sólida entre los que hacen, cultivan y transforman la cultura local. La participación es el el único requisito. El nombre, el apellido y la actividad en la que cada uno se desempeña será la única condición necesaria que hará a la vez de darle seriedad a los enunciados la posibilidad de saber quienes somos, que hacemos y que pensamos.

Bienvenidos al blog del CMC, un espacio recuperado, de todos y para todos.

Hasta siempre

Julián Rodríguez (DNI 21155189)

www.julianrodriguez.com.ar

 

 

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2 Comentarios to “La cobarde y tibia niñería del Facebook”

  1. Ana Lía Larroudé dice:

    El poder de la palabra es el poder del pensamiento , y el pensamiento cambia el Mundo, si no el grande al menos el chiquito que te circunda y en el que te apoyas y desarrollas tu subjetividad.
    Basta de creer en la ilusión de que un «acepto» o «me gusta» cambia voluntades y muestra quien somos.
    Leer primer para tener un marco teórico y saber de que se está hablando, comprender después y emitir opinión propia , nunca será sustituído por un «me gusta » ya que a eso habría que agregarle el.. Porque …
    Fundamentar no está pasado de moda …
    Somos lo que decimos.
    Tendríamos que escucharnos más pero no por el gracioso sonido de nuestra voz sino, por el contenido de lo que hablamos.

    La discusión siempre es buena cuando hay un interlocutor válido

    • julian dice:

      Gracias por participar. Por ayudar a propagar que el territorio de la discusión es el verdadero camino del crecimiento, en la medida en que construye la proximidad hacia un horizonte nuevo. Dinamitar ese camino creyendo «mirthalegrandianamente» que la discusión destruye, es favorecer la tendencia a dejar ese camino, su construcción y los beneficios que obtiene quien descubre para un pequeño grupo de beneficiados; que son los mismos, en versión remozada, de aquellos que descubrieron el horizonte de pensamiento que hoy es nuestro piso de comprensión de la realidad.
      Gracias Analía.

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